viernes, 19 de febrero de 2010

¡AY!-TI

En la foto se puede ver la frontera entre Haiti y República Dominicana… ¿qué puede haber pasado para que haya tanta diferencia entre dos países que se reparten cada uno la mitad de una relativamente pequeña isla, antes llamada La Española?

 

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Otro gran artículo sobre la historia de Haití, visto en www.euribor.com.es

 

A veces no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de vivir en un lado de una línea y no en el otro. La historia nos ha dado muchos ejemplos de cómo una simple frontera puede determinar la calidad de vida de sus ciudadanos independientemente de sus recursos naturales.

 

Por ejemplo, tenemos a Corea, un país dividido artificialmente en dos cuya parte sur tiene el decimotercer PIB más alto del mundo mientras que sus vecinos del Norte se encuentran más allá de la posición cien, un PIB per cápita muy bajo del cuál además se destina entorno al 25%  en gastos militares. Hablamos de lo que era un sólo país hace 65 años pero que ahora son 2 mundos completamente diferentes en lo económico y en lo social.

 

Esta semana se ha cumplido un mes del terremoto de Haití, país completamente olvidado hasta que la tragedia le ha sacudido. Basta con darse un paseo en avión o por Google Earth para comprobar la frontera que se ve claramente en el paisaje, es como si hubieran cortado la isla con un cuchillo. A la izquierda del corte, la isla es pardusca y carente de árboles, al este verde y llena de vegetación. Incluso estando en la propia frontera, si se mira al este se pueden ver los campos desnudos llenos de lodo de Haití, mientras una docena de metros al oeste de la línea empieza el bosque de pinos de la República Dominicana.

 

Para comprender un poco más la diferencia entre estos dos países que deberían de haber corrido prácticamente la misma suerte recurro al libro "Natural Experiments of History" de Jared Diamon que hace un profundo análisis sobre lo pasó en la isla, que a continuación os resumo:

 

A grandes rasgos, la historia es la siguiente: después de la llegada de Colón, las enfermedades acabaron rápidamente con la población arahuaca (los indígenas de la isla). Los colonos españoles se expandieron lentamente de modo dispar por la isla, amenazados por los piratas franceses, ingleses y holandeses. En 1697, España cedió el tercio occidental de la isla a la más poderosa Francia, y renombró la nueva colonia como Santo Domingo.

 

Hay algunas desventajas naturales. La lluvia en la Española (la isla donde están Haití y Santo Domingo) llega del este, de modo que la parte occidental de la isla es algo más seca. Haití no tiene el fértil valle del Cibao de la República Dominicana. Tiene más montañas y una tierra más llana. La deforestación, que comenzó hace 250 años, es un círculo vicioso: menos árboles implican menos lluvia y más erosión, y esto a su vez menos árboles, y así sucesivamente.

 

Diferentes estrategias coloniales generaron otras diferencias. España tenía colonias más ricas en México y Perú compitiendo por la inversión, por lo que compraron relativamente pocos esclavos para la Española. Francia llevó innumerables esclavos a Haití para que trabajaran en sus plantaciones: medio millón en 1785, frente a los poco más de 20.000 esclavos en la parte oriental de la isla. En lugar de volver a casa con las manos vacías, los esclavistas franceses se llevaron madera, y de este modo comenzó la deforestación de las empinadas laderas haitianas. Entretanto, la población esclava de Haití, rayando el 85% del total, proveniente de distintos grupos de habla africana, improvisaron un idioma propio, el criollo haitiano, que en la actualidad no se habla en ningún otro lugar del mundo (excepto entre los haitianos que están en el extranjero). Los esclavos dominicanos aprendieron en su mayoría el castellano.

 

Los esclavos haitianos lograron la libertad y la independencia en 1804, después de feroces luchas contra los ejércitos franceses que comenzaron en 1791: el regreso del ejército francés napoleónico en 1801 para restituir el imperio francés, capturar a traición al líder de los esclavos Touissant-l'Ouverture y posteriormente la evacuación francesa de Haití en 1803.

 

Estos acontecimientos hicieron que los haitianos desconfiaran de los europeos con razón, así como que temieran su regreso como un nuevo intento de imponer la esclavitud. Por ello, la independiente Haití asesinó a los blancos que se quedaron, y dividió y destruyó sus plantaciones. A partir de entonces, lo último que los haitianos querían era la inmigración e inversión europeas. En cambio, lo último que querían los esclavistas europeos y americanos era ver cómo una sublevación triunfaba, por lo que rechazaron oportunidades de inversión o de ayudar a Haití, y esto se convirtió en un factor importante subyacente a la creciente pobreza haitiana.

 

La experiencia dominicana fue muy diferente. Los colonos españoles declararon la independencia en 1821 y entonces fueron conquistados de inmediato por los haitianos y gobernados por ellos durante 20 años de preocupación hasta que volvieron a manos de la corona española durante otras dos décadas. No fue hasta 1865 cuando surgió finalmente la República Dominicana. En ese momento, libre de restricciones por un legado de triunfo de sublevación esclava, el nuevo recién independizado estado empezó a comerciar libremente con países europeos y a aceptar inmigrantes, cuya importancia económica era desproporcionada en comparación con sus modestos números.

 

De este modo, las diferencias climáticas y medioambientales se acentuaron con las historias sociales. Después de 1930, las diferencias políticas se volvieron aún más significativas. El dictador Rafael Trujillo se hizo con el control de los dominicanos y gestionó el país como si del negocio familiar se tratase, aunque tuvo el acierto de poner de relieve las exportaciones e incentivando el turismo, contratando a silvicultores suecos y portorriqueños y protegiendo amplias extensiones de árboles madereros de su explotación por parte de terceros. Mientras tanto, en Haití, «Papa Doc» Duvalier gobernó de 1957 a 1971 (y su hijo «Baby Doc» hasta 1985) sin contribuir mucho al desarrollo de la isla, y mucho menos a la gestión forestal.

 

Estos son, a grandes rasgos, los experimentos naturales de la isla de la Española y cómo más allá de lo que proporcionen los recursos naturales, una orientación política más abierta al mercado, al comercio internacional e incluso a la inmigración es la diferencia entre el desarrollo y el hambre, incidiendo incluso en la deforestación de un país que está condenado a sacrificar a sus futuras generaciones.

 

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"Frontera: En Geografía política, línea imaginaria entre dos naciones que separa los derechos imaginarios de una, de los derechos imaginarios de la otra."

-Definición del diccionario del diablo-

 

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1 comentario:

  1. Una curiosidad al respecto: Ciudad Juarez (Mexico) es una de las ciudades más peligrosas del mundo, y sin embargo, cruzando la frontera con EEUU, a escasos km, se encuentra El Paso, la 2ª ciudad más segura de EEUU

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