lunes, 14 de diciembre de 2009

Iglesias o Minaretes

 
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Por cuestiones diversas he viajado a países musulmanes alguna vez, y me ha interesado leer sobre la cultura musulmana y de países como Marruecos, Egipto, Siria, Jordania, Turquía e incluso Israel.

 

He visitado mezquitas y unas cuantas sinagogas. Las razones no han sido religiosas, sino quizás histórico-turísticas, culturales y artísticas.

 

Actualmente y a mi edad, tendría serios reparos en recalar en cualquiera de esos países. Confieso que temo a organizaciones como Al-qaeda por lo que hacen y por lo que representan. En cambio no temo en absoluto a un buen musulmán como me agrada cualquier pacífico judío.

 

Si lo pensáis, hace unos siglos, los musulmanes temían exactamente igual a los cristianos. Fue en la época de las cruzadas. Los francos (que así nos llamaban genéricamente) éramos la encarnación del mismísimo diablo. Cuando los cristianos aparecían por "tierra santa" no dejaban títere con cabeza, masacraban poblaciones, pasaban a cuchillo a sus gentes. Hacían auténticas barbaridades e incluso protagonizaron episodios de canibalismo.

 

Y todo ello en nombre de la fe y en nombre de Dios. "Deus lo volt" proclamaban los cruzados a los cuatro vientos. Ese era su grito de guerra. Y su finalidad era reconquistar territorios para los reyes y papas cristianos. Y su objetivo fue expulsar infieles. Pero su finalidad real era pura y simplemente económica. Conquistar riquezas, o mejor dicho, saquear riquezas. El trasfondo fue económico.

 

Sin duda había cristianos decentes y civilizados, pero los musulmanes eran incapaces de distinguir si el que se instalaba junto a su casa era de ese grupo o de los primeros.

 

Y resulta curioso pensar que en esa época los musulmanes estaban más desarrollados que los cristianos en muchas facetas, como la medicina, el arte, la literatura, la astronomía o las matemáticas.

 

De hecho, nosotros éramos los brutos y los incivilizados.

 

Pero siglos después la tortilla se ha dado la vuelta. Y ahora ellos son los más bestias, los atrasados y los incivilizados.

 

Pero en ambos casos es la religión la que lleva a cometer actos de barbarie en nombre de un dios. El que sea.

 

Cuando la religión se confunde con la política y se mezcla además con los intereses económicos, ya la hemos liado. Ese cóctel emborracha. Y normalmente las borracheras dejan malas resacas.

 

Para quien guste del tema, recomiendo el libro "Las cruzadas vistas por los árabes" del escritor libanés Amin Maalouf.  En ese libro se extrae, entre otras, una reflexión importante realizada por un musulmán: "Cualquier acto hostil contra Occidente, ya sea político, militar o que tenga que ver con el petróleo, no es mas que una legítima revancha. Ya que la quiebra entre estos dos mundos procede de esa época de las cruzadas, que para los musulmanes fue una auténtica violación".

 

Y este es el aspecto más preocupante y que más temo. Si en ocasiones nos quejamos del adoctrinamiento y odio que determinadas posturas nacionalistas han inculcado en España en no mas de 2-3 décadas, calculemos lo que suponen siglos de odio hacia los estados cristianos dentro del mundo musulmán, estancado política y socialmente en aquella época.

 

Por eso soy de los temerosos y escépticos ante la imposibilidad de integración de ambas culturas. Porque tal vez nosotros hemos evolucionado mucho en estos siglos y damos hoy mucha menos importancia al "hecho religioso". Cosa que no sucede con ellos.

 

Por eso entiendo perfectamente (aunque sea políticamente incorrecto) lo sucedido con el referéndum suizo.

(29 de noviembre, referéndum en Suiza en el que por más del 60% de los votos de la población, se prohibió la construcción de minaretes en el país; ha sido duramente criticado por la mayoría de líderes europeos, ministros de la UE y medios de comunicación).

 

Supongo que estoy en un grupo minoritario de opinión (y repito que absolutamente incorrecto políticamente hablando) pero me permito alzar la voz y opinar, ya que aun puedo expresarme:

 

-              Creo que de tan modernos, somos descuidados y no reparamos en su forma de pensar y en su forma de vernos. Olvidamos que las mujeres occidentales son para ellos simples putones mientras que las suyas son simplemente de un nivel inferior.

 

-              Creo que de tan progresistas olvidamos que estamos hablando de dos mundos que han demostrado, sobradamente, su capacidad para comportarse  de forma incivilizada.

 

-              Creo que dos no riñen si uno no quiere, pero, si uno quiere, puede hacer mucho daño a varios.

 

-              Veo imposible una convivencia que no se base en el universal principio de la reciprocidad, en el "do ut des" latino (dar para recibir).

 

-              Me pides una mezquita con minaretes y media luna y te la doy con gusto cuando me permitas en tu tierra una iglesia con campanarios y cruz. (No olvidemos que aquí demandamos a las iglesias porque nos molestan los decibelios de sus campanas).

 

-              Retiro mi crucifijo pero no me pidas respeto al velo que cubre tu rostro.

 

-              Y perfecto tener libertad de culto, ajeno a la política, siempre que tú hagas lo mismo en tu estado musulmán.

 

Supongo que alguno me tachará de ultraderechista o ultraconservador. Cosa que ni soy, ni fui, ni seré. Dudo mucho que el 60% de los suizos lo sean. Quizás, simplemente, son más duchos en velar por su cultura y defenderla de cualquier invasión, venga de donde venga.

 

Tal vez nosotros estamos más adormecidos y abrimos nuestros brazos a los abrazos de otros pueblos, ignorantes y ciegos ante la realidad de que nos odian, y de que aprovechan todas las vetas que les dejemos para tomarnos ventaja.

 

Pero no dudo una cosa: Nosotros somos los confundidos y ellos, al menos, son coherentes.

 

Critiquemos a los suizos, iniciemos protestas en toda Europa, llamémosles racistas y xenófobos. Que mientras, ellos por detrás, simplemente nos llamarán bobos (igual que todos los países musulmanes que ven cómo nos tiramos piedras a la cabeza unos a otros para defenderles a ellos un derecho que ellos a nosotros jamás nos darán).

 

Pero al menos no nos olvidemos de un tema: detrás de todo siempre está el interés económico, envuelto en papel de regalo religioso y con un lazo de palabrería política. Lo que vale es lo de dentro y eso, sin duda, es un tema de dinero.

 

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"El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele."

-Marco Aurelio-

 

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3 comentarios:

  1. Pero qué diferencia hay entre una mezquita y una mezquita con minarete...

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  2. Pues la verdad... no es ese exactamente el tema del post y me pillas un poco en frío, pero hasta donde llego, un minarete en una mezquita es lo mismo que un campanario en una iglesia. Sirve para que el moecín se suba y llame al rezo a los fieles, a voces antes, mediante un megáfono ahora (o sea como tocar las campanas) 5 veces al día, sólo que para rezar los musulmanes no tienen la obligación de acudir a la mezquita, lo pueden hacer en donde les pille, generalmente las mezquitas están desiertas o con algún fiel pasando allí el tiempo.

    Salvo eso, ignoro si los minaretes tienen algún significado más...

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  3. Para mí el problema es el fanatismo. Llámalo religión, llámalo fútbol, llámalo partido político, llámalo como quieras. Mal vamos si utilizamos esas cosas para separar y clasificar entre buenos y malos. La cosa se complica cuando son muchos los que quieren, además, imponer. ¿Qué debe hacer entonces la sociedad civil para defender la libertad y la convivencia pacífica? Ay, ay...

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